Dos de cada tres (69%) médicos han atendido en su consulta a pacientes preocupados por lo que ha resultado ser un bulo de salud en el último año. Ésta es la principal conclusión del I Estudio sobre Bulos en Salud, elaborado por la iniciativa #SaludsinBulos en colaboración con Doctoralia y presentado en su primer congreso que se celebra en el Hospital de La Princesa (Madrid), organizado por la Asociación de Investigadores en eSalud AIES y la agencia de comunicación COM Salud. “La penetración de los bulos de salud está muy extendida en nuestra sociedad y, como nos revela este estudio, los pacientes llegan a las consultas con muchas inquietudes generadas por informaciones falsas”, explica Carlos Mateos, organizador del congreso y coordinador de #SaludsinBulos.
El 59% de los 300 médicos encuestados ha detectado un incremento en los bulos de salud que circulan entre los pacientes. Las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea como WhatsApp son para el 77% de los cuestionados las principales causas del aumento de los bulos. Sólo el 19% de los participantes en la encuesta cree que son los medios de comunicación tradicionales los que contribuyen a la difusión de estos bulos por no contrastar su veracidad con anterioridad.
En cuanto al contenido más habitual de los bulos, las pseudoterapias, suponen el 71% de los mismos. La alimentación (54%) y el cáncer (41%) completan el podio de los bulos más compartidos.
Por otra parte, el estudio analiza cuáles son los canales principales por los que los pacientes reciben los bulos: Internet (69%), las redes sociales (63%), el círculo cercano (48%) y las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp (30%). “Internet se ha convertido en los últimos años en el primer canal que consultamos casi para cualquier cosa. Sin embargo, cuando se trata de informarnos sobre temas de salud el riesgo que corremos es aún mayor dado que en la mayoría de páginas no hay ningún control sobre el contenido publicado. Por eso es crucial asegurarnos que este contenido ha sido validado y aprobado por los agentes pertinentes, sean profesionales de la salud, asociaciones de expertos o entidades acreditadas”, añade el doctor Frederic Llordachs, cofundador de Doctoralia. En cuanto a los medios tradicionales, la televisión (9%) está por delante de prensa escrita (7%) y radio (4%) en cuanto a la difusión de bulos.
El 59% de los 300 médicos encuestados ha detectado un incremento en los bulos de salud que circulan entre los pacientes. Las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea como WhatsApp son para el 77% de los cuestionados las principales causas del aumento de los bulos. Sólo el 19% de los participantes en la encuesta cree que son los medios de comunicación tradicionales los que contribuyen a la difusión de estos bulos por no contrastar su veracidad con anterioridad.
En cuanto al contenido más habitual de los bulos, las pseudoterapias, suponen el 71% de los mismos. La alimentación (54%) y el cáncer (41%) completan el podio de los bulos más compartidos.
Por otra parte, el estudio analiza cuáles son los canales principales por los que los pacientes reciben los bulos: Internet (69%), las redes sociales (63%), el círculo cercano (48%) y las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp (30%). “Internet se ha convertido en los últimos años en el primer canal que consultamos casi para cualquier cosa. Sin embargo, cuando se trata de informarnos sobre temas de salud el riesgo que corremos es aún mayor dado que en la mayoría de páginas no hay ningún control sobre el contenido publicado. Por eso es crucial asegurarnos que este contenido ha sido validado y aprobado por los agentes pertinentes, sean profesionales de la salud, asociaciones de expertos o entidades acreditadas”, añade el doctor Frederic Llordachs, cofundador de Doctoralia. En cuanto a los medios tradicionales, la televisión (9%) está por delante de prensa escrita (7%) y radio (4%) en cuanto a la difusión de bulos.
Información falsa en internet
El informe también revela que la inmensa mayoría de los médicos (79%) no confía en internet como una fuente fiable de información sobre salud. Los principales motivos para esta desconfianza son, por una parte, la falta de validación de la información que hay en la Red (59%) y, por otra, el hecho de que en internet circulan muchos bulos de salud (36%).
La opinión de los facultativos también es casi unánime (96%) al asegurar que las instituciones públicas deberían tomar medidas para vigilar de cerca los bulos de salud. “Desde #SaludsinBulos creemos que las autoridades pueden contribuir a luchar contra los bulos de salud advirtiendo sobre falsas informaciones, favoreciendo la prescripción de páginas web y formando a la población para buscar información fiable”, precisa Carlos Mateos. Además, el 93% de los profesionales considera que hacen falta más medidas de seguridad tanto en las redes sociales como en Internet para verificar y limitar la información de salud que se facilita, para asegurar que sea certera.
La opinión de los facultativos también es casi unánime (96%) al asegurar que las instituciones públicas deberían tomar medidas para vigilar de cerca los bulos de salud. “Desde #SaludsinBulos creemos que las autoridades pueden contribuir a luchar contra los bulos de salud advirtiendo sobre falsas informaciones, favoreciendo la prescripción de páginas web y formando a la población para buscar información fiable”, precisa Carlos Mateos. Además, el 93% de los profesionales considera que hacen falta más medidas de seguridad tanto en las redes sociales como en Internet para verificar y limitar la información de salud que se facilita, para asegurar que sea certera.
¿Cómo actuar frente a Dr. Google?
Por otra parte, el I Congreso #SaludsinBulos será el escenario del tercer consenso sobre información de salud en internet. En esta ocasión el tema de debate será ¿Cómo actuar frente al Dr. Google? Profesionales sanitarios, pacientes y comunicadores de salud analizarán el impacto del potente buscador en la difusión de la información sanitaria. La sesión se abre con una charla sobre el efecto nocebo en Google, a cargo del doctor Rafael Martínez, director médico en Sandoz, en la que analiza la capacidad de los bulos de generar convicciones negativas en los pacientes y perjudicar su salud, al contrario que el efecto placebo.